El 23 de agosto de 1927, los inmigrantes italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron ejecutados en la silla eléctrica en Massachusetts, Estados Unidos. Habían sido condenados por un robo a mano armada que nadie creyó que hubiesen cometido, pero el verdadero motivo fue su ideología anarquista.
El filme de Montaldo es sobre todo una adaptación simplificada del argumento minuciosamente documentado de Herbert Ehrmann, según el cual el robo y asesinato de un pagador en South Braintree, Massachussets, de los que se culpó a los anarquistas italianos, fueron en realidad obra de una organización criminal conocida como la banda de Morelli. La trama nos lleva a escenas de la lucha de clases en Boston, con un conflicto de lucha social “dura” contra el cual Frederick Katzmann, un fiscal al servicio de los poderes establecidos, educado en Harvard, capaz de firmar la condena a dos inmigrantes italianos “subversivos” que ya son personajes de la historia universal.
La historia de Sacco y Vanzetti tal como es presentada en la película, no fue solamente un caso de mero error judicial, sino todo un ejemplo de la instrumentalización del sistema de justicia en defensa de los intereses políticos de la mayoría conservadora que entendió la condena como un escarmiento. Los dos anarquistas fueron ejecutados por ser tales y, por tanto, representantes de un “peligro social”; por ser inmigrantes y pobres; y por ser italianos, extranjeros, como advertencia para otros. La película está concentrada en el juicio, queda patente la falta de pruebas y la resolución injusta, sugiriéndose incluso un acuerdo entre el juez y el fiscal, algo que estuvo en cabeza de los que se opusieron.
El filme de Montaldo es sobre todo una adaptación simplificada del argumento minuciosamente documentado de Herbert Ehrmann, según el cual el robo y asesinato de un pagador en South Braintree, Massachussets, de los que se culpó a los anarquistas italianos, fueron en realidad obra de una organización criminal conocida como la banda de Morelli. La trama nos lleva a escenas de la lucha de clases en Boston, con un conflicto de lucha social “dura” contra el cual Frederick Katzmann, un fiscal al servicio de los poderes establecidos, educado en Harvard, capaz de firmar la condena a dos inmigrantes italianos “subversivos” que ya son personajes de la historia universal.
La historia de Sacco y Vanzetti tal como es presentada en la película, no fue solamente un caso de mero error judicial, sino todo un ejemplo de la instrumentalización del sistema de justicia en defensa de los intereses políticos de la mayoría conservadora que entendió la condena como un escarmiento. Los dos anarquistas fueron ejecutados por ser tales y, por tanto, representantes de un “peligro social”; por ser inmigrantes y pobres; y por ser italianos, extranjeros, como advertencia para otros. La película está concentrada en el juicio, queda patente la falta de pruebas y la resolución injusta, sugiriéndose incluso un acuerdo entre el juez y el fiscal, algo que estuvo en cabeza de los que se opusieron.
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